Mi
platillo favorito
El
Mole
poblano
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Historia del Platillo
De todos los platillos mexicanos,
el mole poblano está considerado como uno de los más representativos de nuestra
cocina y el más sabroso y el más auténtico. Es en muchos aspectos, el símbolo gastronómico
de nuestra mexicanidad. La historia de su descubrimiento y preparación es
interesante y muy curioso, aunque poco conocida así que hagamos un corto viaje de
la ciudad de México a la ciudad de puebla, donde nació este platillo único.
Se dice que en los tiempos
del virreinato el obispo Manuel Hernández de santa cruz y Sahagún invitó al virreinato
de la Nueva España a visitar su diócesis, ubicada en la ciudad de los Ángeles,
hoy Puebla de Zaragoza, en el Estado del mismo nombre.
Como deseaba quedar bien
con el nuevo virrey, el obispo llamó a las monjas domínicas del convento de Santa
Rosa de Lima, que eran famosas en el arte del cocinar, y les pidió que
prepararan un platillo especial, el mejor de todos para el agrado y la
satisfacción del ilustre visitante.
La cocina del convento de
las monjas dominicas era una de las más grandes y mejor construidas de Puebla,
y se dice que recayó en la monja Sor Andrea de la Asunción la responsabilidad
de satisfacer aquel pedido, pues dicha monja era la que tenía mejor sazón y
sabía mucho de gastronomía. Sor Andrea meditó durante algunos días el delicado
encargo que le habían hecho, hasta que tuvo una inspiración.
Como faltaba casi un mes
para la llegada del virrey, dispuso que un guajolote o pavo joven de carne
tierna fuera puesto a engordar con nueces, castañas y avellanas. Y así, el día
que arribaría el virrey, al amanecer, y auxiliada por otras monjas, Sor Andrea
pidió que se sacrificara al pavo y que sus diversas piezas, limpias y cortadas,
se colocaran en poco caldo en una bandeja.
Como
se prepara el platillo
La monja escogió entonces
cuatro distintas clases de chile: chile ancho, mulato, chipotle, y pasilla,
seco y arrugado, y dispuso que fueran molidos cuidadosamente. En una cazuela
puso manteca y cuando empezó a chirriar tostó allí todos los chiles, y en un
comal tostó por separado dos puñados de ajonjolí.
En la relación que se
conoce de la creación del mole poblano se agrega que la monja sacó de los
especieros de talavera clavos, pimientos, cacahuates, canela, almendras, anís y
comino, y molió todo, para agregarle dos tablillas de chocolate, jitomates,
cebollas y ajos asados. Las monjas que ayudaban a Sor Andrea en aquella faena
estaban sorprendidas, pues no imaginaban qué iba a salir de aquella mezcla tan
distinta y con tantos ingredientes.
Pero Sor Andrea, muy
inspirada, y sin tomarse un minuto de descanso, juntó todas las especies con el
ajo y los jitomates, y mezcló todo con los chiles y con unas tortillas duras
que tenía en una olla grande y panzuda, y ella personalmente se arrodilló y
pacientemente molió en un metate todo finamente, hasta formar una masa espesa.
Enseguida, en una gran
cazuela de barro, derritió manteca a fuego lento, quemó romero y tomillo,
agregó toda la mezcla negruzca que había molido, vació algunas cucharadas del
caldo que había quedado al cocer las piezas del pavo o guajolote, y después de
freír levemente las piezas del animal, las agregó al caldo que se había
calentado poco a poco.
El mole poblano se coció
lentamente y empezó a despedir un aroma delicioso y único, al que adornó con el
ajonjolí tostado Se dice que cuando el virrey, el obispo de Puebla y otros
altos prelados probaron aquel nuevo platillo, quedaran fascinados y allí mismo
dieron gracias a Dios por aquella nueva auténtica delicia mexicana.
Me
gusta
Este mole poblano es una
delicia a mi paladar, cada vez que tengo la oportunidad de comerlo
para mi en lo particular es una comida muy
rica y muy mexicana que yo creo que es un platillo muy fuerte y muy rico en el
país de México sobre todo por su sabor.
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